Las ardillas son animales pequeños, cuyo tamaño varía de una especie a otra. No obstante, la proporción media de estos mamíferos oscila entre 19 y 45 cm, y una significativa parte de su cuerpo está ocupada por la cola, que mide de 15 a 20 cm.
Los individuos más pequeños pertenecen a la especie de las ardillas pigmeas africanas, con 13 cm de longitud; mientras la más grande es la ardilla gigante de Asia, con cerca de 90 cm de largo.
Los individuos más pequeños pertenecen a la especie de las ardillas pigmeas africanas, con 13 cm de longitud; mientras la más grande es la ardilla gigante de Asia, con cerca de 90 cm de largo.
La larga cola de estos animales les permite mantener el equilibrio, al tiempo que deviene en instrumento de comunicación, y para advertir la presencia de depredadores. Por su parte, las patas delanteras de las ardillas constan de cuatro dedos y las traseras de cinco. Excepto el dedo pulgar, el resto posee un buen desarrollo y uñas largas, curvadas y afiladas. La movilidad de las patas delanteras le permite a la ardilla sujetar y pelar los alimentos con gran facilidad.
El hábito de las ardillas de esconder las semillas y frutas, contribuye a la reforestación de determinadas áreas. Por tal motivo, estos animalitos no solo destacan por su belleza sino por su utilidad al ecosistema
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